LA LEY DE LA REFORMA LABORAL (Carlos Gutiérrez)
 |
| Carlos Gutiérrez |
Para seguir leyendo clicar en "Más Información"
Esta reforma ha pretendido ser enmascarada, como las anteriores, llevadas a cabo por gobiernos del PSOE, como una herramienta necesaria para facilitar la creación de empleo, para la mayor flexibilidad del llamado “mercado laboral”, para aumentar la competitividad o para aumentar la eficiencia en la lucha contra el fraude.
Basta hacer un sencillo ejercicio de memoria para observar cómo nos han vendido anteriores reformas, casi exactamente con los mismos argumentos, y cuáles han sido sus efectos. Las consecuencias han sido idénticas en todas las ocasiones: aumento de la precariedad, desregulación, pérdida de derechos, pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, y, lo que es más grave, aumento sostenido del paro. Los más de cinco millones de parados existentes en nuestro país son la prueba más evidente de los efectos de las sucesivas reformas laborales.
Con esta reforma se trata de dar un salto cualitativo que pretende desequilibrar definitivamente la balanza, y hacer que la crisis la paguen los trabajadores, al mismo tiempo que se blindan los intereses de los empresarios. Estamos ante un episodio muy descarnado de algo que parecía olvidado: la lucha de clases.
Las medidas fundamentales son el abaratamiento del despido, la desregulación jurídica de los EREs, el aumento de competencias para las ETTs, la desprotección del personal laboral de la Administración, el fin de la ultractividad de los Convenios, el aumento de la movilidad geográfica y funcional, la generalización de los contratos de aprendizaje… Y toda una serie de medidas que van en contra de los trabajadores.
La experiencia nos dice, de nuevo, que el abaratamiento del despido no implica directamente la creación de empleo, más bien supone una oportunidad para que los empresarios puedan disminuir el tamaño de sus plantillas, o sustituir a trabajadores fijos y con derechos por precarios. El efecto inmediato de esta reforma será, sin duda, el aumento del paro y la precariedad. Esta reforma supone todo un reto para las organizaciones de los trabajadores; enfrentarse a ella y ser capaces de derrotarla supondría un cambio cualitativo en la correlación de fuerzas.
Capaces de derrotarla, no sé, no sé. Pero enfrentarse a ella, aunque sólo sea por dignidad, hay que hacerlo. Nos dirán que somos bichos politizados haciendo huelgas y manifestaciones políticas. Como si las reformas que hacen los gobiernos no lo fueran y como si hacer política fuera cometer delitos en estos tiempos en los que sólo hay que hacer econometría, con los fabulosos resultados que está dando. La palabra "política" se está convirtiendo en el arma arrojadiza contra la acción sindical y ciudadana más elemental. A esa pretensión de deslegitimar la política también hay que enfrentarse por dignidad.
ResponderEliminarFelicidades por el artículo.
Si quieren un artículo más de Vicenç Navarro que deja bien claro cómo ha de llamarse ("la represión neoliberal"), cómo se produce y cómo se sale de ella, lo encuentran en esta dirección: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/03/23/la-represion-neoliberal/
ResponderEliminar